Me gusta leer desde que era niño. Leía prácticamente todo lo que caía en mis manos. Una afición que he intentado inculcar a mis hijas con escaso éxito al menos de momento. Mi habitación de adolescente estaba (y está porque aun la conservo en casa de mis padres) llena de estanterias con libros.
Mi género favorito ha sido siempre la novela. Al principio fantástica o de ciencia ficción, después novela histórica y al final se añadió el ensayo a mis libros favoritos.
Pero ha habido un antes y un después en mi vida lectora: la aparición del libro electrónico. Si te gusta leer y no tienes uno no sabes lo que te pierdes. Yo ahora no podría vivir sin él. Eso si, si compras uno compra el Kindle Paperwhite y jamás te arrepentirás. Garantizado.
El Libro electrónico entro en mi vida en el verano de 2010. Y nunca ha vuelto a salir. Lo usaré más o menos pero siempre va conmigo en todos los viajes que hago. Atrás ha quedado cargar con libros. Ni siquiera comprarlos. Y no por el ahorro sino por la comodidad.
Lo compré cuando me enganché a los libros de Juego de Tronos, probablemente uno de los libros (si no el que más) con los que más he disfrutado, sobre todo en sus primeros cuatro volúmenes.
Cuando se estrenó la serie en Canal Plus y vi el primer capítulo, me quedé con muchas ganas de saber como continuaba la historia. Recordé que en mi estantería tenía el primer libro en edición de bolsillo desde hacía tiempo. Lo comencé a leer para abandonarlo en las primeras páginas. ¿Zombis en la edad media? ¿Qué mierda era eso? -pensé- y lo dejé allí cogiendo polvo en la estantería. Pues bien devoré aquella mierda de libro en menos de una semana.
Cuando acabé fui corriendo a la FNAC a comprar el segundo tomo. Recuerdo que era verano y estábamos de vacaciones en la montaña de Alcoy. Apenas me duró unos días. Cuando fui a buscar el tercero ya había explotado la serie y estaba agotado en todas partes.
Comencé el tercer libro de Juego de Tronos en una tablet china que había comprado en Aliexpress. Eran tan mala que los ojos me lloraban cuando pasaba las páginas del PDF.
Después de unos días compre en un centro comercial un aparato que tenían de saldo. Un ebook de Energy System, expuesto sin pena ni gloria en una vitrina y lleno de polvo.Creo recordar que pagué por el 50 €. Probablemente de los mejores invertidos de mi vida. Por su pantalla de tinta electrónica pasaron los siguientes tres volúmenes de juego de tronos, el 3º, el 4º y el 5º. Libros que de por si ya justificaban la compra del aparato ya que se habían puesto por las nubes.
Disfruté de aquel libro electrónico durante un par de años. Su pantalla era clara y nítida y su amplia memoria hacía que pudiese tener cientos de libros allí metidos. Disponibles en cualquier parte y cualquier lugar. Bajé miles de libros ordenados por género, nombre y autor. Por fin tenía la biblioteca que yo quería. Decenas de miles de libros en el espacio de uno solo. El sueño de cualquier bibliotecario.
¿Y que hay del olor? Del tacto.. del romanticismo de leer un libro en papel. Pues en mi caso se olvidó fácilmente y fue sustituido por una practicidad sin límites, expandida cuando me hice con mi siguiente lector una vez que el Energy System (una marca de mierda por cierto) ya no se encendía. Compré el mejor lector que hay y que habrá.. el Kindle de Amazón en su versión básica primero y despúes en su versión con pantalla retroiluminada tactil, el Kindle Paperwhite.
Si la experiencia con el libro electrónico ya era buena, con el Paperwhite fue aun mejor. La pantalla tactil hacia mucho mejor su manejo y la luz integrada cambió completamente mi forma de leer. Ya no era necesario ponerse debajo de una lámpara o en una zona bien iluminada. Ahora se leía bien en cualquier parte incluso de noche.
¿Y que diferencia el Kindle de una tablet o de un móvil? Pues es como comparar la luz del sol con la luz eléctrica. La pantalla del Kindle no emite luz hacia tus ojos sino que ilumina la pantalla por la parte de detrás como haciéndola fluorescente. La luz se puede ajustar en función de la iluminación del ambiente haciendo la experiencia de lectura perfecta.
En fin.. una pasada de libro. Y si lo compras ya tendrás lectura de por vida..
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